16/06/2014
El prolongado período de crisis de la construcción a nivel europeo, del que todo apunta que 2013 ha sido su último año, ha dejado sin embargo una herencia de debilidad en la industria y de desconfianza en los inversores que hará que el crecimiento sea aún casi imperceptible en los próximos años, sobre todo en el ámbito español.
Según el informe, el año 2013 acabó con un descenso de la producción a escala europea del -2,7%, pero todo indica que podría ser el último ejercicio en negativo con el que se cerraría el larguísimo ciclo recesivo que se inició en 2008. Las nuevas previsiones contemplan ya un cierto crecimiento para 2014 (+1,3%), con tendencia a ir acelerándose progresivamente en 2015 (+2,0%) y en 2016 (+2,2%). Pero añade: Este nuevo horizonte es aún bastante modesto y conlleva que el sector europeo en su conjunto todavía estará produciendo por debajo de su capacidad. Interpretarlo como el inicio de una nueva fase de auténtica expansión es todavía prematuro, cuando en realidad se trata solamente de un regreso progresivo a la normalidad tras una larga y profunda crisis.
La edificación residencial será el segmento de mercado que contribuirá de manera más decisiva a la reactivación del sector construcción europeo, pues tras un 2014 todavía titubeante (+1,3%) se espera que experimente un crecimiento sensible en 2015 (+3,9%) y en 2016 (+4,3%). De todas formas, los responsable del ITeCes preciso no confundir el repunte de la actividad constructiva residencial con un repunte sustancial de la demanda, puesto que muchas de las nuevas promociones parecen responder a una demanda previamente existente pero que había optado por esperar al desenlace de la crisis. El mantenimiento del buen ritmo del mercado residencial alemán sin duda se deja notar mucho en la media europea, y la aceleración en el Reino Unido está contribuyendo a compensar el tiempo extra que Francia va a necesitar para volver al crecimiento.
En España, el retorno al crecimiento no significará el final de los problemas
Los indicios de mejora que empiezan a notarse en la economía española todavía no han hecho acto de presencia en el sector construcción. El reciente incremento del PIB español aún no ha llegado al mercado de la construcción, que por otra parte había sufrido una caída muy superior a la economía en general durante la crisis, y eso hace que nuestro país esté aún y tal vez durante varios años alejado de las cifras europeas.
En efecto, 2013 ha sido otro año muy negativo en términos de producción constructiva, registrando una bajada del -18,8%. La tendencia negativa se prolonga durante 2014, aunque hay motivos para esperar un impacto menos severo (-5%). La previsión para 2015 finalmente contempla un retorno a la zona positiva (+0,9%), con posibilidades de ir afianzándose en 2016 (+3,4%). Este cambio de tendencia es sin duda un hito significativo, aunque hay que tomar conciencia del pequeño impacto real que tendrá un avance de unos pocos puntos porcentuales tras dejar atrás siete años de contracción sin precedentes. En estas circunstancias, el sector puede experimentar crecimiento y continuar severamente deprimido al mismo tiempo.
Por lo que se refiere a la edificación es preciso no confundir la situación del mercado inmobiliario con la del mercado de la construcción propiamente dicho. Así, mientras sigue el desembarco de inversores internacionales en España a la captura de oportunidades tanto en activos residenciales como no residenciales, el flujo de nuevos proyectos tan apenas mejora y por tanto el nivel de actividad constructora continúa en mínimos.
La edificación residencial seguirá sufriendo las consecuencias de una demanda en horas bajas, pues sin duda sobre el comprador privado medio pesa más el impacto de la crisis sobre sus ingresos que las rebajas sobre la vivienda en oferta. En este entorno tan poco propicio, el sector tan sólo inició 34.000 viviendas durante 2013, que se espera que marquen el mínimo del ciclo. Una hipotética mejora hacia las 40.000 viviendas, una cifra muy poco ambiciosa, bastaría para causar incrementos de producción del 5% y del 8% en 2015 y 2016. Eso sí, antes todavía será preciso capear un 2014 recesivo (-5%) a la espera no tan solo de mejoras en economía y empleo, sino también de ver cómo se aborda la fiscalidad de la vivienda en la reforma fiscal. El stock de viviendas existente, pero sobre todo la falta de ayudas públicas y la estigmatización del sector, que dificulta la inversión privada, están suponiendo un grave freno a la edificación residencial.
Por su parte, la rehabilitación también ha sufrido la bajada de la renda familiar y la práctica desaparición de ayudas públicas, que la han convertido en un sector con escasas perspectivas futuras, aunque a partir de 2016 podría experimentar un tímido crecimiento.
La siguiente reunión del foro Euroconstruct se celebrará los próximos días 18 y 19 de noviembre en Milán, organizada por Cresme, el miembro italiano del grupo. Como de costumbre, los expertos de los 19 países de la red Euroconstruct presentarán sus conclusiones relativas al seguimiento de la marcha del sector, junto con las perspectivas hasta el año 2017. El programa definitivo se dará a conocer en www.euroconstruct.org
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